Parto Psicoprofiláctico y Parto Normal.

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Con la creciente demanda del parto psicoprofiláctico, cada vez es más común recibir pacientes que están de acuerdo con los beneficios que éste les puede proporcionar a ella y a sus bebés.

En México, también las pacientes acuden buscando esta experiencia, la cual es muy atractiva y pone en contacto estrecho a la madre con su esposo y su recién nacido bebé.

La controversia existe, hay quienes apoyamos este tipo de nacimiento y hay quienes lo condenan, sin embargo, sea cual sea la posición del médico con respecto a este tipo de atención del parto (ya sea parto natural, en agua, con técnicas especiales de relajación, etc), nunca se nos debe olvidar que la obstetricia y el evento obstétrico es completamente azaroso y que pueden presentarse complicaciones en cualquier momento. Por lo tanto se debe de estar preparado para éllas y no pensar que como el embarazo y el parto son eventos naturales y fisiológicos, nunca existirán los problemas y las enfermedades que pueden aparecer en cada una de sus etapas: (Dilatación y borramiento, expulsión y alumbramiento de la placenta).

Dejar de cuidar ciertos puntos básicos, no prevenir complicaciones y confiar en que todo va a salir bien, equivale a que envejeciéramos sin nunca ir al médico o al dentista (al fin y al cabo el envejecer y el vivir también son eventos naturales no es asi? Bajo este argumento sería válido pensar que los chequeos médicos son completamente inecesarios; o que para que vacunamos a nuestros hijos contra la poliomielitis y la tuberculosis? o incluso para que recibir atención del ginecólogo en el embarazo?).

El parto psicoprofiláctico está lleno de ventajas que pueden ser aprovechadas por las pacientes y su familia. Nunca menospreciando a la manera tradicional de atención del parto (con anestesia peridural, la cual no daña al bebé; en una mesa de expulsión y con la revisión de rutina), pero, si por empeñarse en que sea “lo más natural posible” nos olvidamos de vigilar eventos inesperados y realizar maniobras preventivas, en cualquier momento nos podrá repercutir en la salud y el bienestar de la madre o del hijo, llegando a presentarse consecuencias graves, incluyendo la muerte de alguno de ellos.

Cuando nos hablan de este tipo de atención (parto en agua, piscoprofiláctico, etc.), debemos tomarlo con reserva de quién nos lo está diciendo y como, y siempre se deberá corroborar con el médico de confianza, para saber si lo que nos dicen es o no cierto y más importante: si es o no válido para mi embarazo. Existen situaciones donde sería una irresponsabilidad permitir el parto si se puede evitar, por ejemplo (embarazo gemelar, partos pélvicos, etc.)

En mi experiencia, he tenido pacientes que no desean ningún tipo de intervención médica y prácticamente quieren arriesgar su vida y la de su bebé a costa de todo con tal de no tener estas maniobras.

Creo que los que nos dedicamos a la obstetricia, debemos de ser muy cuidadosos; los que tenemos la fortuna de atender pacientes que están gestando una nueva vida y verla nacer, debemos ser los primeros en vigilar que todo salga bien, y sabiendo las complicaciones probables de un parto no olvidarnos de la obstetricia clásica que nos enseña a prevenir estas desagradables situaciones.

No hay milagro más grande que el de poder asistir a una madre que está pariendo un nuevo ser humano. Los partos en agua y no en agua son todos maravillosos, pero en mi opinión, siempre se deberían seguir las siguientes recomendaciones en todos ellos:

1. Antes del nacimiento:
a) Revisiones prenatales (antes del parto) suficientes y adecuadas.
b) Realizar operación cesárea solo en los casos en que se requiera, pero hacerlo a tiempo y no esperar a que el bebé se deteriore o la indicación de la misma sea una urgencia prevenible.
2. Durante el trabajo de parto:
a) Tactos vaginales nunca excesivos pero los necesarios para saber como está evolucionando el trabajo de parto.
b) Vigilancia no constante pero frecuente de la frecuencia cardíaca fetal.
c) Realizar operación cesárea solo en los casos en que se requiera, pero hacerlo a tiempo y no esperar a que el bebé se deteriore o se trate de una urgencia que se pudo haber evitado.
d) Uso de episiotomía (pequeño corte en el periné), solo cuando sea necesario.
e) Solución intravenosa (con o sin oxitocina, según el tipo de parto), pero por lo menos para tener una vía permeable en caso de hemorragia, atonía uterina, convulsiones, choque hipovolémico y tantas otras complicaciones que se pueden presentar.
f) Alumbramiento (expulsión de la placenta) activo, esto es, dirigido de forma manual, con aplicación de oxitocina post-alumbramiento y revisión manual de la cavidad uterina para evitar la retención de restos placentarios.
3. Posterior al nacimiento:
a) Vigilancia post natal de signos vitales.
b) Uso de analgésicos postparto y antibióticos profilácticos.
Si seguimos estos puntos, aún cuando en nuestra práctica incluyamos la atención del parto natural, tendremos la gran fortuna de ver nacer muchos niños y niñas sanos con mamás bien cuidadas y saludables. Nada de esto daña al bebé ni a la futura madre, pero si previene consecuencias funestas y lamentables durante el evento obstétrico.

Dr. Diego Meraz Avila.
Ginecología y Obstetricia / Uroginecología.

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